BURBUJAS
Todos hemos lavado alguna vez los platos sucios, es una acción que podría resultar engorrosa, pero que finalmente cualquier persona realiza en algún momento de su vida; pues a mí me toco una tarde, que para para mi fortuna es el inicio de la serie Burbujas. Al aplicar el jabón a uno de los platos que lavaba, descubrí las aglomeraciones que escurrían por su superficie; formas que me generaban una sensación, mezcla entre atracción y escepticismo (¿Es real que esto me llama la atención?).
A partir de un registro fotográfico, empiezo una serie de ejercicios para acercarme a las formas, empiezo aislando los elementos más simples, los desarticulo dibujándolos. Los hago precisos, para después llevarlos al volumen; para regresar de nuevo al dibujo y a la estampa tanto tradicional como digital. A partir de ahí fui reconstruyendo la espuma como conjunto, como aglomeración, tanto en papel como en el espacio. Un vaivén entre diferentes técnicas, soportes y los diferentes estados de la materia (sólido, líquido y gaseoso).
Burbujas es un proyecto que juega con la superposición de contrastes: lo plano con el volumen, lo húmedo con lo gaseoso, lo ligero con lo pesado, lo íntimo y privado con lo público, lo estático y lo dinámico. Es una serie con la que metafóricamente hago una analogía del espacio íntimo, y como éste al coexistir con otros genera ámbitos más amplios, con múltiples posibilidades formales. Una especie de imágenes ficticias de como generamos las esferas sociales en las que nos movemos diariamente.
Particularmente con las instalaciones quería que no solamente fueran orgánicas en cuanto a sus formas sino también en su duración; por eso pensé en utilizar globos, pues se desinflan paulatinamente dándole vida propia a la pieza. Pero construir una pieza con globos no es una labor sencilla es bastante ardua de hecho, implica semanas de trabajo. Todo este esfuerzo para mi es una emulación del ejercicio espiritual de desapego que realizan los monjes tibetanos al construir complejos mándalas con arena durante varios días incluso semanas, para después destruirlos. La pieza por lo tanto es una paráfrasis del título de una obra de Francis Alÿs: "A veces el hacer algo no lleva a nada", pero antes de llegar a esa nada el espectador será testigo del lento transcurrir de un estado a otro.